En la edición de hoy del Japan Times (9 de octubre de 1981), casualmente me encontré con un artículo que inmediatamente llamó mi atención. Se titulaba “¿Humillación para el Kodokan?” y proseguía con el subtítulo “La decisión de la IJF (International Judo Federation, Federación Internacional de Judo) para otorgar diplomas a grados Dan separa al mundo del Judo en Japón”. El artículo describe la problemática sobre el sistema de jerarquías dentro del mundo del Judo, en el cual parece que la influencia del Kodokan sobre los grados Dan ha disminuido notoriamente. El autor del ensayo, Kiyoaki Murata, observa que como resultado de la reciente reglamentación del IJF “los estándares japoneses para otorgar un grado Dan se han tirado al viento.”
Debo confesar que sólo estoy vagamente informado de la historia del Judo como un movimiento fuera de Japón, pero me parece la internacionalización del arte ocurrió en los inicios de los años 50s y mientras el Judo se extendía en el extranjero, las organizaciones rivales florecieron y gradualmente adquirieron la suficiente fuerza política como para que -en cierto momento- el dojo “principal”, el Kodokan, se encontrara sin la capacidad para dictaminar que una vez tuvo. En particular, el IJF parece haber arrebatado el control sobre el proceso de decisión en el mundo del Judo. Ahondando en la reflexión, es realmente sorprendente que una organización con fuerte representación de extranjeros y grandes intereses formales y, en algunos casos, con fuertes lazos gubernamentales (por ejemplo, el caso de Francia y otros países europeos) ¿Debe ceder y ser controlado por un grupo central japonés a pesar de ser el dojo “más viejo y más grande” de manera indiscutible? El autor prosigue comentando que como consecuencia del reciente problema, “La implicación es que el Kodokan, a pesar de ser La Meca de Judo, es, hablando técnicamente, sólo una escuela más de Judo sólo que coincide en ser también la más vieja y más grande”.
El último párrafo del artículo ofrece una visión muy perceptiva:
Si cualquier japonés se perturba ante la perspectiva de que el Kodokan que no sea la única fuente de autoridad en Judo, obviamente también es víctima de la contradicción. Por un lado, quiere que algo autóctono sea aceptado como “internacionalizado” por el oeste, de ésta manera suaviza un complejo de inferioridad. Por otro lado, también desea la supremacía japonesa en el mismo tema. Sin embargo, esto no es posible cuando tal arte o habilidad se extiende a lo largo del mundo por el esfuerzo consciente de los mismos japoneses.
Pienso que hay “tela de donde cortar” para los líderes del mundo de Aikido en el sentido de que el Aikido ha seguido un camino en el extranjero similar al del Judo en lo referente a su propagación. El Aikido fue extendido más allá de las orillas de su lugar de nacimiento originalmente por Koichi Tohei quien viajó a Hawaii en 1953 donde pasó varios años, fue seguido por una serie de uchi-deshi del Hombu Dojo incluyendo a Hiroshi Tada, Nobuyoshi Tamura, Yoshimitsu Yamada, Mitsunari Kanai, Kazuo Chiba, Katsuaki Asai, Seiichi Sugano y varios más. El arte creció de manera mas o menos ordenada a través del tiempo hasta que la separación fratricida ocurrida en 1974 cuando el Instructor Principal, Koichi Tohei Sensei, formalmente renunció del Hombu Dojo argumentando diferencias irreconciliables en la metodología de enseñanza como la razón del daño en las relaciones. Poco tiempo después, en 1976, el Hombu Dojo consideró forzoso solidificar su posición en el mundo del Aikido debido al anteriormente mencionado rompimiento. Así, se hicieron los primeros pasos tentativos para establecer un cuerpo internacional que asegurara la propagación ordenada del arte, las comunicaciones, la estandarización de las promociones de dan, etc., bajo el supuesto natural de que estas metas no pudieran lograrse de otra manera.
FUENTE : AIKIDO JOURNAL
Muy buena entrada
ResponderEliminarJose
Editor
kokyu-dosa.blogspot.com