martes, 3 de noviembre de 2009

EL ATEMI EN AIKIDO


Autor: NOBUYOSHI TAMURA


Para la mayoría de la gente, actualmente, la palabra atemi designa al golpe de puño de karate, porque en karate el objeto del entrenamiento es destruir al adversario con un golpe de puño o de pie.

Escribo este capítulo porque algunos creen que no hay atemis dentro del estudio del aikido. Cierto que, en la práctica del aikido se ha suprimido el atemi para eliminar el riesgo de lesionar al principiante e igualmente para evitar que el practicante dé prioridad al estudio del atemi en detrimento de la técnica, así como para impedir que los estudiantes con un espíritu incorrecto puedan hacer un mal uso hasta que hayan progresado dentro de la técnica.

Luego, aquellos que declaran que no existe atemi en aikido, lo conocen aún menos que nada. O Sensei definiendo técnicas de aikido dijo: "el aikido es irimi y atemi". Todas las técnicas de aikido incluyen atemi.


Etimológicamente, ateru expresa la idea de estimar y evaluar con precisión la superficie y precio de un campo. Por extensión tenemos: situar exactamente, caer justo en el sitio querido, en el centro de un blanco, por ejemplo, a la idea de estimar, evaluar se le une, por tanto, la noción de éxito.

MI: el cuerpo. En el antiguo Budo, atemi consistía en golpear los puntos vitales del adversario para provocar una pérdida del conocimiento o la muerte. Herir en superficie o, incluso, romper un hueso, no era atemi.


En aikido, el atemi se utiliza también para dominar la voluntad de ataque, provocar dolor en los puntos vitales, perturbar la concentración del adversario, para su intención de actuar.

De estos atemis ligeros se pasa a los que provocan el desvanecimiento o la muerte. Es bueno estudiarlos pensando en el uso de un cuchillo. Evidentemente este trabajo debe incluir el estudio de los puntos de reanimación. Si estudiáis los puntos de acupuntura, tal como se está desarrollando recientemente, espero que comprendáis cómo los puntos que llevan a la curación pueden también dar la muerte. Este es un buen ejemplo que muestra que en todo hay ura y omote.

Cuando hayáis alcanzado el nivel de estudios elevado será bueno que vayáis descubriendo, en el curso de un ejercicio, la posibilidad de colocar, aquí o allá, un atemi.

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